La perspectiva de salutogénesis y activos me permite explicar el por qué
dentro de un mismo colectivo algunas personas enferman y otras no.
Es curioso, pero desde el punto de la experiencia muchas de las
cosas que se explican en el capítulo 1 del libro si no las sabía, al
menos las intuía.
El hecho de que existan unos activos de salud internos como podrían
ser tener buenas capacidades sociales y un compromiso con el
aprendizaje, he comprobado dentro de mi profesión como médico de
familia, que provoca que algunos adolescentes y niños gocen de una
excelente salud proporcionando a su vez de factores protectores "frente
al enfermar" aunque las condiciones socioeconómicas sean malas.
De la misma manera, cuando la red vecinal de los barrios y los
apoyos sociales en que se pudieran sustentar los chavales es adecuada y
con lazos fuertes, éstos crecen con mucha mejor salud física y mental.
Y también de esta misma manera podemos decir lo mismo de aquellos chic@s que
tienen una base segura sustentada en una pertenencia a un entorno
familiar saludable. Las relaciones familiares es evidente que afectan al
adolescente, siendo fundamental para un crecimiento correcto en salud, y
lo que es más importante, para evitar que en la edad adulta puedan
enfermar.
Es necesario que muchas veces cambiemos "el chip sanador".
En ocasiones debemos movernos desde un modelo de déficit en que
identificamos enfermos y utilizamos recursos y una serie medidas
encaminadas a intentar "curar a los pacientes", a un modelo de activos
en la que buscando habilidades, talentos y capacidades encontremos
soluciones que hagan que nuestros adolescentes sean más sanos desde su
propia autoestima y la capacidad propia para "mantenerse y hacerse"
personas mucho más saludables.
Desde el punto vista crítico, podemos decir que el modelo de déficit
se ha comprobado que genera mucha desigualdad provocando un diferencial
de salud muy grande entre clases ricas y pobres.
Así pues, basarnos solamente en recursos "curativos", provoca que
personas de bajo nivel socioeconómico y con bases muy inseguras y con
poca accesibilidad a la medicalización y a la tecnificación no consigan
alcanzar este soporte disminuyendo su salud.
En cambio, si conseguimos movilizar los activos de salud tanto
internos como externos de los adolescentes, aún en unas condiciones
socioeconómicas bajas, mejoraríamos su salud.
Se podría en este caso crear una base sólida desde la que construir
la salud, mucho más equitativa y, por supuesto, desde un punto de vista
positivo.
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