martes, 10 de junio de 2014

Actividad de evaluación continua nº1. Activos y salutogénesis

La perspectiva de salutogénesis y activos me permite explicar el por qué dentro de un mismo colectivo algunas personas enferman y otras no.

Es curioso, pero desde el punto de la experiencia muchas de las cosas que se explican en el capítulo 1 del libro si no las sabía, al menos las intuía.


El hecho de que existan unos activos de salud internos como podrían ser tener buenas capacidades sociales y un compromiso con el aprendizaje, he comprobado dentro de mi profesión como médico de familia, que provoca que algunos adolescentes y niños gocen de una excelente salud proporcionando a su vez de factores protectores "frente al enfermar" aunque las condiciones socioeconómicas sean malas.


De la misma manera, cuando la red vecinal de los barrios y los apoyos sociales en que se pudieran sustentar los chavales es adecuada y con lazos fuertes, éstos crecen con mucha mejor salud física y mental. 

Y también de esta misma manera podemos decir lo mismo de aquellos chic@s que tienen una base segura sustentada en una pertenencia a un entorno familiar saludable. Las relaciones familiares es evidente que afectan al adolescente, siendo fundamental para un crecimiento correcto en salud, y lo que es más importante, para evitar que en la edad adulta puedan enfermar.

Es necesario que muchas veces cambiemos "el chip sanador".
En ocasiones debemos movernos desde un modelo de déficit en que identificamos enfermos y utilizamos recursos y una serie medidas encaminadas a intentar "curar a los pacientes", a un modelo de activos en la que buscando habilidades, talentos y capacidades encontremos soluciones que hagan que nuestros adolescentes sean más sanos desde su propia autoestima y la capacidad propia para "mantenerse y hacerse" personas mucho más saludables.


Desde el punto vista crítico, podemos decir que el modelo de déficit se ha comprobado que genera mucha desigualdad provocando un diferencial de salud muy grande entre clases ricas y pobres.


Así pues, basarnos solamente en recursos "curativos", provoca que personas de bajo nivel socioeconómico y con bases muy inseguras y con poca accesibilidad a la medicalización y a la tecnificación no consigan alcanzar este soporte disminuyendo su salud. 


En cambio, si conseguimos movilizar los activos de salud tanto internos como externos de los adolescentes, aún en unas condiciones socioeconómicas bajas, mejoraríamos su salud.


Se podría en este caso crear una base sólida desde la que construir la salud, mucho más equitativa y, por supuesto, desde un punto de vista positivo.

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